Elemento Agua
Cualidad Mutable
Regente Júpiter y Neptuno
Llegamos al final del zodíaco, el contexto en esta energía tiene que ver con el etéreo, entramos en dimensiones desconocidas, que no son parte de este plano terrenal, ya que contienen a todo el sistema universal. Es la última agua de la rueda zodiacal y el último signo, que nos remite a lo que nos sobrepasa como humanos, lo que está más allá, agua infinita de donde venimos y a donde volveremos. Este último signo, donde se mezclan los finales y los comienzos, dónde el invierno da paso a la primavera, es el estadio de la energía donde se rompen las cadenas que encierran la experiencia vital limitada y finita, hacia un mundo no limitado por la forma y la encarnación. El pez malva, que va hacia arriba, marca el camino de la evolución espiritual, el pez que va hacia abajo supone la esperanza que permite volver a empezar la experiencia vital. Vinculado al mar, destino de todas las aguas, fuente y origen de la vida, no tiene dirección definida, se entrega con confianza y fluir a la corriente. En esta agua sin bordes ni límites, en donde todo resuena con todo, se es permeable, empático y de extrema sensibilidad. La confusión y el desorden que se asocian a este signo se deben a la imposibilidad de expresar y explicar la amplitud y complejidad de sensaciones, emociones, ideas, ilusiones, de este universo tan vasto que Piscis es capaz de percibir. Dónde nos toque energía Pisciana en nuestra Carta Astral, tendremos percepciones, mundo onírico, sensibilidad, confusión y estados alterados de consciencia.